Consigna Cáustica del mes
¡El TicketMaster es puto!
... pero al final le saqué los boletos.
*plus*
Cada que hay un evento masivo de cualquier índole, el monopolio de los boletos es sabido que colapsará.
La cantidad de corajes, berrinches, maldiciones parecen venir incluídos en el boleto que se compra (eso explicaría por qué son tan caros). La tensión de los esfuerzos logísticos para ver quien puede conseguir los boletos primero, el miedo de quedarse sin boleto o de ser refundido en gayola, la incertidumbre de saber si encontraremos boletos para toda nuestra raza, el buscar el pretexto ideal para escaparnos de donde nos tengamos que escapar, para agandallarnos un buen lugar el día del show, los amontonamientos en la entrada, la posibilidad de que "la estrellita" vaya a salir rosada, agripada o indispuesta de alguna manera al escenario y se retire a medio concierto por temor a constiparse... todo es parte del numerito
Y... después de todo esto ¿alguien notó que, actualmente incluso el hecho de asitir a un espectáculo, cuyo único fin es el entretenimiento, genera cantidades masivas estrés?
¿A dónde hemos llegado?
2 Comments:
y a que evento iras?
11:09 p.m.
estrés??? no! estabamos histéricos, no manches, es horrible que pasen estas cosas cada vez que viene un grupo. jum!
2:59 p.m.
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